la congregacíon

Religiosas de maría inmaculada

Somos una congregación religiosa de la Iglesia Católica fundada en Madrid en 1876, por iniciativa de una joven española: Santa Vicenta María López y Vicuña.

  • Nacimos como respuesta a las necesidades de las jóvenes que emigraban del campo a las ciudades en busca de trabajo, y que se quedaban sin hogar y sin medios de subsistencia.
  • Hoy seguimos acogiendo a adolescentes y jóvenes en nuestras Residencias, Centros de Promoción Social, casas de acogida, escuelas de formación profesional y otras plataformas apostólicas, acompañándoles en su proceso personal de crecimiento en todas las dimensiones, para que encuentren su propio camino en la vida y su lugar en la sociedad.
  • Ofrecemos a quienes lo deseen una oportunidad de crecer y madurar en la fe católica.
La fundadora

SANTA VICENTA MARIA LOPEZ Y VICUÑA

«Sólo a Dios pertenezco»

Fundadora de las Religiosas de María Inmaculada, nació en Cascante (Navarra, España), en plena revolución industrial.

Nuestra vida

Nuestros pilares

Vida espiritual

Nuestra vida está centrada en Cristo. Es en Él -especialmente a través de los Sacramentos y de la Adoración Eucarística- donde sacamos fuerza y Amor para cumplir nuestra Misión. La Virgen María es nuestra Madre, nuestro modelo y nuestra guía.

“Ante todo quiero imitaros en vuestra oración continua”.
Santa Vicenta María

Vida fraterna

Compartimos nuestra fe y misión en una vida comunitaria sencilla, familiar y alegre.

“…que reine entre vosotras esta envidiable caridad y unión”.
Santa Vicenta María

Vida apostólica

Nuestro apostolado está orientado a la formación integral y a la evangelización de las jóvenes, a través de la acogida, la presencia, la escucha y el acompañamiento (en las residencias,  los centros de escucha, las escuelas, las misiones, los campamentos de verano…).

“ Lo que si quiero hacer, Dios mío, es trabajar sin descanso en procurar que estas pobres criaturas vivan bieny se salven”.
Santa Vicenta María

Nosotras

carisma y espiritualidad

En la búsqueda de nuestra propia santificación y la de las jóvenes, queremos ser instrumentos de la ternura y la misericordia de Dios para ellas.

CARISMA

Nuestro carisma es «La santificación y la salvación de las jóvenes a través del amor, respondiendo a los desafíos de hoy y poniendo en práctica «cuantos medios la experiencia vaya enseñando para el mayor bien de las acogidas»». (Const. 1882 [236])

Intentamos «extraer el bien de todo tipo de mal existente en el mundo y en el hombre» (DM 6) con una pedagogía preventiva que brota del amor misericordioso de Dios.

ESPIRITUALIDAD

Nuestra fundadora, Santa Vicenta María López y Vicuña (1847-1890), recibió un carisma que sigue vivo en el corazón de unas 1000 hermanas:

  • Buscar y cumplir la VOLUNTAD DE DIOS
  • CARIDAD FRATERNA
  • OBEDIENCIA, una expresión de fe y amor
  • CELO APOSTÓLICO por la Evangelización y Santificación de las jóvenes
  • Unión con Cristo a través de la ORACIÓN
  • Amor a la EUCARISTÍA, fuente de nuestra Caridad y centro de nuestra vida espiritual, comunitaria y apostólica
  • Unión con la SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, Madre, Guía y Protectora Principal de nuestro Instituto

ESCUDO RMI

Significado del escudo tradicional de la Congregación de las Religiosas de María Inmaculada: En la parte inferior aparece un mar agitado que representa los numerosos peligros del mundo.

En medio de este mar surge una roca (que es la propia Congregación, fundada sobre la roca que es Cristo), formada por 7 bloques que representan las 7 virtudes (teologales y cardinales). Esta roca (en la que las jóvenes pueden refugiarse) resiste el asalto de las olas.

Encima hay un lirio, símbolo de pureza, coronado por el gran monograma de María (A M – iniciales del Ave María), rodeado de 12 estrellas.

La Virgen María es la principal protectora de la Congregación y de todas las jóvenes que recurren a ella.

Hoy, como en el pasado, queremos ayudar a los jóvenes a enfrentarse a los embates de la vida, a los numerosos peligros que todavía hoy pueden poner en peligro su vida o su alma.

La Congregación lleva el sello de la ESPIRITUALIDAD IGNATIANA, asimilada por Vicenta María en los Ejercicios Espirituales que forjaron su espíritu (Const. 4):

CONTEMPLATIVAS EN LA ACCIÓN, JESÚS ES EL SENTIDO DE NUESTRA VIDA.
Buscamos y tratamos de encontrar a Dios en todas las cosas, mirando la realidad con fe y en una actitud de agradecimiento permanente.

ESPIRITUALIDAD de la ENCARNACIÓN.
Nos sentimos unidos a la mirada compasiva de la Trinidad que contempla el mundo para salvarlo, y queremos identificarnos con Jesús «pobre y humilde» por amor en el misterio de la Encarnación.

ESPIRITUALIDAD MARIANA, especialmente en la contemplación del Misterio de la Inmaculada Concepción. María, modelo de mujer «preservada por la gracia de Dios», es la inspiración de nuestra pedagogía de prevención y preservación.

La EUCARISTÍA es la esencia y la raíz de nuestra vida y acción apostólica y contemplativa. De ella sacamos la fuerza para vivir la comunión y la caridad.

laicos asociados

MOLAVIM

El Movimiento Laico de Vicenta María (MOLAVIM) comparte nuestra Espiritualidad y nuestra Misión de servicio y evangelización de las jóvenes.

Los miembros del «Movimiento Laico de Vicenta María» (MOLAVIM) forman parte de la «gran familia de Santa Vicenta María» y comparten con las Religiosas de María Inmaculada la misma espiritualidad y la misma misión de servicio y evangelización de los jóvenes.

El Movimiento fue aprobado por la Santa Sede el 8 de septiembre de 2005, pero hay que remontarse a mediados del siglo XIX para descubrir sus orígenes, en el trabajo por las jóvenes de dos hermanos: Manuel María y María Eulalia Vicuña, tíos de Vicenta María.

Los miembros del MOLAVIM, como laicos en la Iglesia, quieren responder a la vocación recibida en su bautismo, y sienten la llamada a hacerlo desde el prisma del carisma de Santa Vicenta María López y Vicuña.

Las obras de la Congregación de las RELIGIOSAS DE MARÍA INMACULADA (RMI) son el punto de referencia de su compromiso y testimonio de vida como cristianos, que se expresa también en otros ámbitos eclesiales y sociales: familia, parroquia, trabajo, etc.

Participan en la misión de las RMI a favor de las jóvenes, tratando de conocer mejor la realidad en la que viven, acompañándoles en su camino de vida, fomentando sus talentos y valores y ayudando a cada joven a crecer en la fe.